Como hemos comentado a menudo, la lipoaspiración no es una intervención para adelgazar, sino para modelar el contorno corporal. Es muy habitual que esta operación se haga con pacientes jóvenes (a partir de 18 – 20 años) y no tan jóvenes. El Dr. Javier de Benito explica: “cuando me preguntan sobre la posibilidad de esperar o no a operarse, siempre respondo que si una mujer no se siente a gusto con su cuerpo y se puede solucionar, mejor hacerlo sin más dilación y disfrutar durante más tiempo de la nueva silueta. En el caso de la liposucción, la juventud juega a favor de la paciente, pues mayor será la capacidad de retracción de la piel y, por tanto, mejores los resultados”.

Muchas mujeres se plantean si un embarazo podría alterar los resultados de una lipoaspiración. Ante todo, hay que recalcar que los resultados de la liposucción son permanentes. Como explica el Dr. Orestes Fernández, el especialista en liposucción del Instituto de Benito: “si se eliminan diez hileras de células grasas y se dejan sólo dos, quedarán sólo dos para siempre. Si una mujer engorda bastante, a partir de 7 a 10 kilos, puede pasar que esas dos hileras aumenten de tamaño, pero no aumentarán de número”.

Por eso, si durante el embarazo se produce un aumento de peso normal, entre 10 y 12 kilos, los resultados de la liposucción no se verán alterados. Si en cambio engorda mucho, sí notará que aumenta de volumen, al igual que le pasará en el resto del cuerpo. Si adelgaza esos kilos, volverá a los resultados iniciales.

Si una mujer se plantea quedarse embarazada en un futuro cercano, ¿se puede someter a una liposucción? Sin duda. Eso sí, teniendo en cuenta que no debería engordar más de los kilos establecidos por su médico. Pero si tiene previsto quedarse embarazada en el plazo aproximado de un año, quizás sea más conveniente realizar la intervención tras el parto, dejando pasar el plazo de tiempo recomendado.

Quien prefiera optar por la lipoaspiración tras tener un niño, debe dejar pasar unos nueves meses tras el parto. Este es el tiempo que el organismo necesita para que el útero vuelva a su lugar, se elimine del todo la retención de líquidos, y, en general, el cuerpo vuelva a su estado “pre-embarazo”.

Para más información Instituto Javier de Benito
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