Quien conoce o ha practicado el Yoga alguna vez, sabe que el Yoga no solo es un ejercicio físico, sino también una práctica cuya virtud reside en la integración de múltiples beneficios para la mente, el cuerpo y el espíritu.

Estos tres planos del ser humano cuerpo mente y espíritu, se sostienen el uno al otro con los cimientos de un gran edificio.

El Yoga es el gran arquitecto que se ocupa de mantener el correcto equilibrio entre estos tres pilares. Esta es la clave fundamental que hace del Yoga el eje del Ser, ofreciendo cualidades tales como: equilibrio, paz, serenidad, ecuanimidad, claridad, humildad, bondad, compasión, confianza, gratitud, contento y conocimiento.

Llegar a desarrollar estas cualidades, pasan por el compromiso de uno mismo a través del trabajo constante, la meditación diaria la práctica continua y el convencimiento profundo de que el sentido de la vida está muy ligado al progreso, superación y crecimiento de estos tres pilares: mente ,cuerpo y espíritu.

El Yoga no es una cuestión de modas o estética, sino una cuestión de salud, física mental y emocional así como de desarrollo espiritual, tal vez nos podíamos atrever a decir que el Yoga es la medicina del siglo XXI.

El Yoga es una práctica que además de reportar importantes beneficios fisiológicos a la persona, permite establecer las condiciones mentales apropiadas, para fortalecer nuestra voluntad y poder experimentar con garantías nuestros propósitos de cambio, transformación y progreso, ahora y en el futuro.

A través del Yoga seremos capaces de reconocer quienes somos realmente y hasta donde alcanza nuestro poder, siendo más conscientes de nuestra realidad, lo que nos liberará de cargas innecesarias que nos impidan avanzar.

El Yoga nos enseña no solo a vivir si no a hacerlo de una manera plena en total armonía con nuestro entorno y circunstancias. Aprenderemos a encontrar el equilibrio no solo en plano físico, sino también en los planos mental, emocional y espiritual.

Fuente: www.inyoga.es, escrito por Alberto Robles