Una de cada diez parejas puede padecer infertilidad, y no procrear un hijo implica en uno o en los dos miembros no sólo sentimientos de frustración y enojo, sino también trastornos de ansiedad y depresión.

«La procreación es un deseo inherente al ser humano, es parte de su esencia y cuando no se puede cumplir con este anhelo de trascendencia se vive una pérdida, una herida al ego, al narcisismo, que clínicamente se transforma en ansiedad y depresión», indica la psiquiatra Verónica Delgado Parra.
Son trastornos mentales que se manifiestan cuando las parejas no pueden satisfacer la necesidad de ejercer maternidad y paternidad, precisa.

«En casos extremos pueden manifestarse estados psicóticos», puntualiza.

Las parejas, además, se aislan porque no soportan que les formulen la pregunta: ¿ustedes para cuándo?, pues ésta les causa mucho dolor.

La infertilidad también puede provocar conflictos en la pareja, por lo que es necesario que reciba tratamiento psicoterapéutico e incluso farmacológico, si el estado de la ansiedad y depresión es agudo, precisa Delgado Parra.
De acuerdo con la psicoterapeuta, se trata de trastornos que manifiestan con mayor frecuencia las mujeres. De hecho, ellas no sólo experimentan culpa cuando son la causa de infertilidad, sino también cuando los varones son quienes no pueden tener hijos.

La terapia

Para la especialista, las parejas que se someten a diagnósticos y tratamientos de reproducción asistida deben recibir de manera alterna terapia.

«Desde que la pareja solicita una evaluación de por qué no puede procrear sufre estrés, por eso es importante que reciba psicoterapia».

Además, en ésta reciben ayuda para enfrentar las expectativas que generan cuando se someten a tratamientos de reproducción asistida, los cuales no les garantizan un 100 por ciento de efectividad. También se les proporciona apoyo para manejar los temores y la culpa.

«En el miembro de la pareja que es la causa de infertilidad surgen muchas fantasías negativas, pues se siente inservible y cree que por esta razón su pareja la va a dejar de querer o la va a abandonar por otra persona; la terapia es un espacio donde puede expresar estos miedos y aclararlos».

La terapia también les ayuda a reconocer la capacidad que tienen para crear en otros niveles.

«Se puede crear un libro o una institución y esto también representa una alternativa para trascender».

Antes de decidirse por la adopción, Delgado Parra indica que es necesario que las parejas atraviesen por un proceso de aceptación.

«Es necesario que acepten que no pueden tener hijos, que tienen que convivir con una persona extraña y que necesitan ejercer su maternidad y paternidad».

Delgado Parra no recomienda adoptar cuando uno de los miembros de la pareja no está convencido de esta decisión o si existen conflictos entre ellos.