La salud mental en los niños de países desarrollados preocupa a los expertos.

La salud mental de los preadolescentes (entre 10 y 14 años) está en peligro. La prueba más llamativa es el aumento de los suicidios, que son ya la tercera causa de los fallecimientos en este grupo de edad en los países desarrollados. Si el transcurso es el normal, esta situación se extenderá al resto del mundo, como pasa con casi todo. A un nivel menos grave, el 20% de los menores de 14 años sufre depresión, ansiedad, problemas de conducta o hiperactividad. Una proporción creciente, según especifica el primer informe que presentó ayer el Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia, una iniciativa del hospital infantil de Sant Joan de Dèu, en Barcelona, en el que se ha realizado un metanálisis que recoge datos de varios organismos como la OMS, la UE o la Encuesta Nacional de Salud, sobre la situación de la infancia.

Los hábitos y estilos de vida explican que una cuarta parte sea obesa.

En los países desarrollados, las enfermedades mentales son, tras las alergias y el asma, las que tienen una mayor prevalencia entre niños y adolescentes de 0 a 14 años. Según el informe, sólo los accidentes de tráfico y la leucemia linfoblástica se cobran más vidas en entre los chicos de 10 a 14 años.

La situación es algo diferente en España. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2006 en España murieron 454 chicos de 10 a 14 años. De ellos, nueve (la undécima causa) se suicidaron. El primer motivo de fallecimiento es el tumor maligno de labio, cavidad bucal y faringe, informa Emilio de Benito.

Según la experiencia de Jaume Pérez Pallarols, responsable del estudio, cada semana, entre tres y cinco niños ingresan en las urgencias psiquiátricas del hospital infantil de San Joan de Dèu, en Barcelona. De hecho, cada vez son más frecuentes los ingresos hospitalarios infantiles a causa de un amplio abanico de trastornos mentales. Los que más aumentan son la reacción grave al estrés y los trastornos de adaptación, las alteraciones de la conducta, los trastornos depresivos y la hiperactividad.

Los cambios sociales y culturales podrían estar detrás de este aumento de la patología mental infantil, señala Pallarols, aunque también es cierto que se diagnostica con mayor frecuencia, ya que hay una mayor conciencia y vigilancia por parte de padres, profesores y personal sanitario.

El informe destaca que, aunque la mortalidad infantil en los países desarrollados ha bajado extraordinariamente, cada vez más enfermedades tienen un componente sociocultural o ambiental.

En esta línea, el estudio también muestra que 7 de cada 10 niños son fumadores pasivos. Los hábitos y los estilos de vida están tras el hecho de que un 27% de los niños tienen sobrepeso. No tan sólo a causa de la ingesta de dietas hipercalóricas, sobre todo refrescos azucarados, sino también porque los niños cada vez hacen menos ejercicio durante su tiempo de ocio. Por ejemplo, la mitad ve la televisión entre dos y tres horas diarias.

El estudio también desvela que la mitad de las muertes infantiles ocurren en bebés menores de 1 año. La mayoría está relacionada con la prematuridad y la inmadurez al nacer. A partir del primer año, y hasta los 14, los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte. Aunque el 96% de los padres utiliza sistemas de seguridad para los más pequeños, cuando el niño se hace mayor las medidas se relajan sobre todo cuando se circula por ciudad.

Los expertos también han observado un incremento de los ingresos en los servicios de urgencias por neumonía. Pallarols lo atribuye a la aparición de cepas bacterianas resistentes a causa del abuso a los antibióticos y a la vacunación.