La vuelta al «cole» es para los niños sinónimo de nuevos profesores, libros a estrenar y reencuentros con los amiguitos que no han visto durante las vacaciones de verano. Sin embargo, en esta época del año es, también, cuando los «peques» sufren uno de los males más comunes en la infancia: la pediculosis provocada por los piojos. Y es que la escuela es uno de los lugares más propicios para su contagio, por el contacto con sus compañeros de clase.

Según señalan los expertos, la prevención es la mejor defensa en estos casos, por lo que se recomienda a los papás que revisen la cabeza de sus hijos al menos una vez por semana. Para ello, lo ideal es utilizar un peine de púas largas y estrechas que recibe el nombre de lendrera.

Otra manera de prevenir la aparición de piojos, cuando se sabe que se han detectado casos en el colegio, es aplicando un repelente antes que el niño sea infectado. Así, hay que humedecer su pelo de manera uniforme con el producto y dejar que se seque de manera natural. Cada vez que el pequeño se lave la cabeza, habría que repetir esta misma operación.

En el caso de que su hijo ya haya sido contagiado se hace necesario aplicarle un tratamiento antiparasitario con un tipo de fármacos llamados pediculicidas. Además, esta acción debe acompañarse de la retirada de los piojos con la lendrera.