Los alimentos tienen componentes poderosos que pueden afectar a nuestro cerebro. Por eso podemos decir que lo que cómenos tiene relación con la forma en que nos sentimos.

Por ejemplo la vitamina D es uno de los ingredientes que más contribuyen a mejorar nuestro estado de ánimo. Y esto ocurre porque la vitamina D interviene en la producción de serotonina, uno de los neurotransmisores que gobierna la depresión.

Nuestro cuerpo produce vitamina D de forma natural cuando tomamos el sol (sin pantalla solar) de 10 y 15 minutos diarios, pero lo normal es que cada vez nos expongamos menos al sol, es por eso que debemos de buscar la vitamina D en los alimentos.

Podemos encontrar vitamina D, en los productos lácteos, en el salmón, el atún, las sardinas, y los huevos.

Los carbohidratos complejos también ayudan a estabilizar los niveles de serotonina y con ello a reducir nuestra irritabilidad, para ello come cereales integrales, plátanos, las patatas y las lentejas son la mejor opción.

Reduce la ansiedad:

Alimentos altos en ácido fólico, como las naranjas, la espinaca y las semillas de girasol, pueden ayudar a tratar la melancolía y a reducir el riesgo de Alzheimer.

Masticar alimentos crujientes, como apio, manzana, zanahoria, y palomitas de maíz, puede hacernos sentir más felices porque estimulan la producción de serotonina.

Y no te olvides comer cada cuatro o cinco horas para mantener estabilizados los niveles de azúcar en sangre.