La reciente llegada del verano, ha venido acompañada de un intenso calor que nos hace sudar y beber más.

¿Cuál es el elemento esencial para una dieta sana en verano? El agua. Las necesidades diarias de agua son 3,2 litros para los hombres y 2,3 litros para las mujeres, siempre que no existan otros factores que afecten las pérdidas acuosas como fiebre, vómitos, diarrea o sudoración intensa. El agua lo perdemos en forma de orina, heces, sudor y respiración.

No debemos beber sólo cuando estamos sedientos, sino que es aconsejable beber 1,5 o 2 litros diarios de agua, equivalentes a ocho vasos de agua de mineralización débil cada día. La ingesta de agua previene también la formación de cálculos renales y facilita la eliminación de sustancias por vía renal. De hecho, los hipertensos deben evitar las aguas muy salinas, mientras que las aguas alcalinas están contraindicadas en pacientes con litiasis renal.

Pero ¿son todas las aguas iguales? No, por ejemplo las aguas minerales tienen en su composición más minerales que las de manantial. Por otra parte, en España ha aumentado mucho el consumo de agua envasada, aunque el consumo es muy inferior a otros países de la Unión Europea. De todas maneras la moda de ir a todas partes con la botellita de agua mineral ha traspasado fronteras, y no sólo las actrices de moda (como aparecía en una revista) la siguen.

En verano, debemos beber más agua, no sólo como agua sino también mediante el consumo de zumos, granizados, horchatas, café con hielo, gazpacho.

Precisamente el otro componente importante de la dieta para el verano, es la ingesta abundante de frutas y verduras., el licopeno está presente en el tomate por lo que no olvidéis añadirlo en la ensalada y procurad tomar naranjas, limones, albaricoques, cerezas, melocotones, melón de pulpa naranja y sandía (son también muy ricos en vitamina C).