Los masajes en un ambiente adecuado se convierten en una práctica altamente sensual donde se puede aprender a disfrutar de todos los sentidos. Durante el embarazo, pueden resultar muy idóneos.

Es un buen momento para recordar que siempre tenemos que poner énfasis en el amor y no tanto en hacer el amor. Las caricias y los mimos son una demostración de afecto importante, que pueden muy bien expresar este sentimiento tan profundo y que quizá hasta ahora culminaba con el coito y el orgasmo.

Durante la gestación, la actividad sexual puede verse disminuida significativamente o incluso, según cómo evolucione, algunas prácticas de ésta pueden ser contraindicadas. Es un momento en que ninguno de los dos se debe sentir poco querido.

Los dos estáis en un momento de gran sensibilidad, y más la mujer por todo el entorno físico y emocional que suponen la gestación. Es un momento en que necesitas demostrar y que te demuestren el amor hacia ti de una manera más cariñosa y menos sexual, para dejarte de rodeos y decir claramente lo que deseas o no te apetece.

Aparte de este elemento tan importante que es la relación íntima entre vosotros dos, el masaje sensual os permitirá aliviar el cansancio y la tensión (aspectos muy presentes, si estas embarazada); es una fuente de gran placer, así como un medio de lograr que el cuerpo sea mucho más receptivo y esté más relajado para el encuentro sexual.

Tanto si se utiliza como preludio para hacer el amor como si no, el objetivo del masaje sensual es alcanzar la máxima relajación.

Prepara el ambiente

  • Para practicarlo, al igual que con las relaciones sexuales, será adecuado un ambiente tranquilo y agradable, cálido si hace frío y fresco si hace calor.
  • Podéis crear un ambiente perfumado mediante esencias calentadas o cristales aromáticos. También os podéis perfumar la piel. El masaje sensual a la vez será mas agradable si lo acompañamos de aceites y lociones de masaje perfumados.
  • Poned una música agradable, pero que no sea del todo estridente ni tampoco demasiado relajante, pues puede inducir más al sueño.

Técnicas

  • El frotamiento: deslizar las palmas por la piel, echando el peso de tu cuerpo sobre ellas.
  • El masaje: con las manos levemente curvadas, fricciona el cuerpo con un movimiento suave y regular.
  • El amasamiento: utiliza las articulaciones de tus dedos o los pulgares, en un movimiento circular, para aliviar cualquier tensión muscular a lo largo de la columna vertebral, pero evitando la columna misma.
  • Golpes secos: debes dar una serie de golpes enérgicos con el canto de la mano.
  • Palmadas y golpeteos: las palmadas se dan como si tocaras el tambor suavemente.

Sea cual fuere la técnica de masaje que practiques, procura que tus movimientos sean siempre regulares, rítmicos y simétricos, y prolóngalo donde sea necesario: en los hombros y la cabeza, en la espalda y la columna, en los pies y las piernas, en las nalgas, en los brazos y pecho, o en la zona cervical.

El masaje siempre debe ser una fuente de placer para ambos. Además, quien lo practique debe aprender a renunciar momentáneamente a sus propias necesidades, para concentrarse en el disfrute de la pareja. Haciéndolo así, conseguiréis la apreciada meta de ser capaz de dar y recibir placer plenamente.