La canción de Cecilia “El Ramito de violetas” es un ejemplo de esta fantasía. Cuando la rutina del matrimonio se ha instaurado y no sabes cómo romper su inercia, es muy bueno jugar al marido-amante. Reverdeciendo antiguas seducciones o inventando unas nuevas. Conozco parejas que han vuelto a enamorarse a través del Messenger, haciendo como si fueran desconocidos y jugando sin pudor al juego de la seducción.

Con tu amante puedes permitirte libertades que nunca tendrías con tu esposa. Incluso puedes alquilar una habitación en un lugar con encanto o pídele la llave del apartamento a un amigo y escápate con ella de la oficina a la hora de la comida para tener relaciones deprisa y corriendo sin apenas desvestiros y sin que nadie lo sepa como en un secreto.

Con tu amante puedes permitirte libertades que nunca tendrías con tu esposa. Puedes extremar el juego hablándole de “tu marido” y permitiendo que te haga confidencias sobre vuestra vida sexual. Es un buen ejercicio de sinceridad pero no vale enfadarse.

Pero también puedes encontrarte una mujer que quiera jugar contigo al juego del amante porque su pareja está agotada sexualmente pero el vinculo afectivo todavía existe y con mucha intensidad.

Este tipo de aventuras hay que vivirlas sin esperanzas, no compitas con el marido, no fuerces la ruptura, no seas positivo. La posición del amante es cómoda y agradable, tiene todas las ventajas y ninguno de lo inconvenientes. El sexo con los amantes suele ser muy excitante por lo que tiene de morbo y de aventura.