Sé que le quiero y no entiendo mi vida sin él, pero ya no le deseo.

Cuando nos conocimos, el me colmaba de atenciones, era el hombre más detallista, nunca se olvidaba de una fecha, para nosotros señalada, continuamente me sorprendía, me llenaba de caricias, siempre tenía palabras bonitas para mi, con solo una mirada, me hacia estremecer.

Ahora se ha convertido en un cascarrabias, ya no tiene detalles conmigo, creo que evita rozarme, ya nunca me regala flores, ya no me dice te quiero, ni me dice si le gusto, o si estoy guapa, claro que él ni siquiera se arregla. Creí que la pasión sería para siempre.

No te sientas mal, esto les pasa a muchas mujeres.

El estrés, el trabajo, los hijos y los problemas económicos, son algunas de las causas que hacen que dejemos de lado la relación de pareja, convirtiéndola en pura rutina.

El sexo para vosotros, se convierte en algo monótono, aburrido, llegando incluso a tomarlo como una obligación mas. Crees que vives con un auténtico desconocido, del cuál sientes indiferencia y a veces hasta odio.

Esto sucede porque cuando le conociste le idealizaste de tal forma, que para ti era la persona perfecta, o eso creías, sin embargo ahora con el día a día, te das cuenta que también tiene defectos y no los aguantas. Aunque a veces los problemas entre los dos, la falta de comunicación, la sospecha, la frialdad, las peleas, los rencores, pueden llegar a envenenar los sentimientos, hasta el punto de convertir el amor en cariño o indiferencia. Por otro lado todos estos desencuentros han llegado a levantar una pared entre los dos, pared que debéis derribar, porque seguro que él también ha participado para que te sientas así.

Para encender de nuevo la llama del amor y la pasión, existen eficaces armas.

Tomaros cada día un tiempo para vosotros, para hablar, para besaros o acariciaros, para acercaros más.

Iros al cine de vez en cuando, un paseo por el parque, una cena romántica con velas, daros masajes con esencias aromáticas, un baño de burbujas, una nota en la nevera con un te quiero, un mensaje de amor o de deseo al móvil o al correo electrónico, o escaparos un fin de semana a un lugar romántico.

Volver a descubrir juntos el placer, besaros en la calle como en las primeras citas, contaros fantasías. La cama es el lugar ideal para innovar, para que vuestra imaginación vuele y consigáis que en cada encuentro sigan saltando chispas.

Hacer de cada encuentro único, no dejéis de sorprenderos y recuperad la pasión de las primeras citas.

Los dos habéis cambiado, ya no sois los mismos que cuando os conocisteis, de eso hace ya unos años. Tenéis que volver a encontrar la llama que seguro sigue encendida.