Me he lanzado a escribir este post, porque hace unos días en una red social encontré un artículo sobre los cambios de la mujer a partir de los 50, que si lo hubiera leído hace unos años hubiera entrado en depresión. Qué horror, en él describían un montón de efectos físicos y emocionales y no precisamente favorables.

Vamos, que según lo pintan, llegar a los 50 es el inicio del declive en la vida. Yo ya he pasado los 40, me parece una edad preciosa en la mujer y no creo que vaya a cambiar mucho en los 50. Ahora tengo más conocimiento, más seguridad, he alcanzado la estabilidad emocional y personal que quería, y me siento mucho más fuerte con un montón de ilusión y ganas por hacer cosas nuevas.

Ser madre de cuatro hijos, y entre ellos con bastante diferencia de edad, es maravilloso, pero no es nada fácil. Supone muchas noches en vela, cansancio, miedos, preocupaciones, no tener tiempo ni para ir a la peluquería o para quedar con las amigas.

Quieres tenerlo todo bajo control y vives en un continuo estrés, trabajo, casa, citas médicas, colegios, extraescolares… cuando acaba el día solo quieres meterte en la cama y rezar para que ninguno te despierte.

La verdad que esos años fueron muy bonitos, pero una autentica contrarreloj.  Cuando me quise dar cuenta y casi sin haberlo disfrutado, el tiempo había pasado muy deprisa, ya tenía 40 años, y aunque me sentí (y por supuesto aun me siento) la mujer más feliz del mundo por tener una familia, no pude evitar pensar, que en el camino se habían quedado un montón de cosas que quería hacer, y que por la situación de entonces no había podido.

Está claro que envejecer es algo natural, y por lo tanto sentirnos mayores es una condición opcional y eso va a depender de cada una de nosotras. Y al igual que en las redes me encontré con aquel artículo sobre los 50, hoy quiero que veáis este vídeo, que me han mandado con un mensaje muy positivo: “Con las ganas de los 20 y la experiencia de los 50”

Como dice algunas frases del vídeo… lo mejor de todo es que podemos sentiros vitales a pesar de cumplir años. Ahora es el momento de salir y conocer gente nueva, de bailar, de reír… Ahora es el momento de sacar provecho de lo que hemos aprendido. Porque ahora puede ser ese momento, el que llevamos esperando toda la vida.

¡Bienvenidas al mejor momento de nuestras vidas! 

¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas…

Valen mucho más que eso.

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!

Lo que importa es la edad que siento.

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

José Saramago