La alimentación infantil es uno de los temas que más preocupan a los padres. Que coman correctamente, sin mancharse, y en un tiempo razonable, es lo que todos esperan. En el comedor del colegio nada es como en casa: serán uno más de un grupo y tendrán que seguir unas normas.

Buenos hábitos en la mesa

La mayoría de los niños que comen mal en casa se convierten en estupendos comensales en el colegio. Allí no se les otorga ningún capricho, ni ninguna manía. De este modo aprenden a comportarse correctamente en la mesa y adquieren buenos modales.

En la escuela infantil los niños comen temprano, sobre las doce de la mañana. Lo hacen en su clase o en una sala cercana, con apoyo de otros educadores. Tienen que hacer cumplir a los niños una serie de normas y para cada edad saben qué tienen que hacer:

  • Los bebés. La cuidadora le da el biberón a uno en exclusiva y centra su atención en él para que ese momento sea tranquilo y placentero.
  • Con un año. El niño se sienta en la mesa y prueba alimentos sólidos, cuando es capaz de masticar. Hay que ayudarle a comer, pero se le permite que explore, que toque la comida con las manos y se le enseña a usar la cuchara. No hay problemas de manchas, porque tienen que poder experimentar.
  • Con dos años. Ya sabe usar la cuchara y el tenedor, aunque haya que ayudarle de vez en cuando. Comienza entonces a colaborar en las tareas del comedor.
  • Con tres años. Ya come solo, se limpia con la servilleta y ayuda a poner y quitar la mesa. En el cole se lo enseñan como un juego y a ellos les gusta participar.

¿Qué comen en el cole?

Los alimentos que tu hijo come en el cole pasan un riguroso control y el centro elabora una dieta sana y variada en función de su edad:

  • Bebés. Se respetan las horas de las tomas y la leche que haya recomendado el pediatra del niño. Con seis meses la dieta varía, se introducen nuevos sabores, se pasa del líquido a los purés con los alimentos que recomiende el médico.
  • De uno a dos años. La base de la alimentación sigue siendo la comida triturada. Los ingredientes de los purés son muy variados a lo largo de la semana. Comen verduras, pescado y carne. Los mayores ya prueban los sólidos, junto con alimentos blandos, y que les gustan.
  • De dos a tres años. Algunos siguen tomando purés, pero también comen sólidos y hacen comidas con un primer plato, un segundo y un postre.

Aulas para aprender

El comedor escolar es un lugar en el que además de aprender a comer, se les enseñan muchas otras cosas:

  • Socialización. Durante la comida se habla, se comentan cosas y se ríe. También les enseñan a esperar su turno. Además, antes tienen que poner la mesa, servir los vasos de agua y después recoger.
  • Posturas. Aprenden a sentarse en la mesa correctamente y a adoptar buenos hábitos de comportamiento: lavarse las manos antes y después de comer, sentarse, no levantarse para correr y limpiarse con la servilleta.
  • Cubiertos. Aprende a manejar la cuchara, el tenedor, el vaso y la servilleta, además de recoger la mesa.
  • Sabores. Si ven a sus compañeros comer alimentos que no le gustan, se animarán a probarlos y a no rechazarlos.
  • Temperatura. Si el puré está muy caliente tiene que esperar, si no, se quema. Le enseñan a diferenciar los platos fríos (ensaladas, batidos) de los calientes (sopa, lentejas).
  • Texturas. La consistencia de los alimentos es muy importante. El plátano es blando, la carne es más dura y un yogur es líquido.
  • Formas. La manzana es redonda, los espaguetis alargados y un quesito es triangular, por ejemplo.
  • Colores. El naranja de la zanahoria, el verde de la lechuga, el rojo del tomate y el amarillo del huevo, por ejemplo. Le enseñan toda la gama cromática.
  • Cantidad. Al servirles la comida en el plato, la cuidadora les enseña los conceptos de “mucho”, “poco”, “más” y “menos”.

El objetivo del comedor escolar

En el cole tienen muy claros los objetivos que se pretenden alcanzar durante las comidas colectivas:

  • Disfrutar de la comida como algo placentero, agradable para todos. En ese momento del día no caben ni los nervios, ni las exigencias.
  • Comer solo, utilizando los cubiertos; limpiarse con la servilleta y saber recoger la mesa. El niño tiene que ser autónomo en relación a su edad y maduración.
  • Tener hábitos saludables: sentarse bien en la mesa, la higiene durante las comidas y comer en un tiempo razonable.
  • Enseñarles a comer alimentos saludables y variados en función de su edad.