Que los beneficios de lactancia materna son mucho mayores que la alimentación de los bebés mediante leche envasada era algo bien conocido por todos. Sin embargo, un estudio del Johns Hopkins Children’s Center, basado en el seguimiento de un centenar de bebés en Buenos Aires (Argentina), ha revelado que los beneficios son aún mayores en las niñas que en los niños. Así, la alimentación de los bebés mediante la lactancia materna puede ayudar a evitar enfermedades respiratorias o a enfrentarse mejor a ellas.

La creencia de que la lactancia materna proporciona a los bebés el desarrollo de un sistema inmunológico que lo protege de las enfermedades ha sido cuestionada por el Johns Hopkins Children’s Center y su último estudio. Sus responsables han puesto en duda esta teoría pues, en el caso de ser cierta, tanto niños como niñas deberían presentar las mismas defensas, algo que no es exactamente así.

A esta conclusión llegaron los científicos del estudio, que determinaron que los beneficios de esta alimentación frente a la preparada son mayores en las niñas. Así lo han publicado en el número del mes de junio de la revista Pediatrics tras efectuar un seguimiento de un año de duración a 119 bebés recién nacidos en Buenos Aires.

«A la luz de estos resultados, empezamos a pensar que la leche no transfiere directamente protección contra las enfermedades pero pone en marcha un mecanismo protector del propio bebé, que por alguna razón se activa más fácilmente en las niñas». Así lo explicó el investigador Fernando Polack.

Según los científicos, las conclusiones de este estudio son de suma importancia en aquellos países en vías de desarrollo, donde los antibióticos y otros tratamientos escasean. «Cuando los recursos son limitados, ayuda saber que los grupos con más riesgo son los bebés alimentados con leche envasada», apuntó Polack.

INFECCIONES RESPIRATORIAS

Asimismo, no sólo se percataron de que las niñas eran las máximas beneficiarias de la leche materna con respecto a los niños, sino que aquellas que eran alimentadas a través de leche envasada presentaban un mayor riesgo (ocho veces más posibilidades) de sufrir infecciones respiratorias. No obstante, los científicos quisieron dejar claro que si bien la lactancia materna no evita la aparición de enfermedades, sí ayuda a superarlas más fácilmente.

Para llegar a ello, analizaron durante la duración de su estudio la reacción de las niñas ante una primera infección tras su nacimiento. Así, comprobaron que las niñas alimentadas con leche materna eran menos propicias a ser hospitalizadas por una infección respiratoria. De esta forma, sólo dos de 31 niñas alimentadas por sus madres requirieron la hospitalización por la infección, frente a 12 de 24 niñas alimentadas con leche preparada.

Sin embargo, en el caso de los niños, estas diferencias no se constataron, puesto que ambos grupos de bebés presentaron el mismo porcentaje de hospitalización ante una infección respiratoria. Por ello, los investigadores precisaron que el próximo paso es conocer cómo funciona exactamente este mecanismo contra los virus y porqué no se activa de la misma forma en los niños.