A los cuatro meses, el bebé ya no necesita, en general, comer por la noche. Pero no siempre es así. En su segundo trimestre de vida, ya se le puede empezar a acostumbrar a un ritmo de sueño y comidas menos agotador para los padres.

Cada tres horas

Tu hijo ya tiene cuatro meses de vida y hasta ahora te has ido amoldando a su ritmo. Es hora de que se acostumbre a dormir por la noche para que puedas descansar. Hasta entonces, sus ciclos de sueño eran muy cortos: cada tres horas se despertaba, comía y se volvía a dormir. Pero a esa edad, la mayoría de los bebés ya tiene el sistema digestivo bastante maduro para poder pasar seis o siete horas sin comer. Esto supone que podrá dormir durante más tiempo por la noche y pasar más hotras despierto por el día.

De todos modos, el pediatra te podrá aconsejar si tu bebé está preparado para prescindir de esa toma nocturna, ya que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. Si lo está, hay que poner en práctica una serie de medidas para que tu bebé no se despierte llorando por las noches porque pasa hambre:

  • Retrasarle la última toma del día todo lo que se pueda.
  • Si toma biberón, añadir dos cacitos de cereales a la toma que corresponde a la cena, siempre que haya cumplido cuatro meses. Pero nunca le pongas más cacitos de leche de lo que se indica, porque podría afectar a su digestión y forzar sus riñones.
  • También se puede añadir a esa toma final del día la misma cantidad de leche que de cereales, pero echando más agua. El bebé tendrá mayor sensación de saciedad y puede que no reclame la toma de madrugada.
  • Otra opción es darle la última toma a la hora de siempre y cuando te vayas a dormir le ofrezcas un biberón o una toma, como refuerzo.

Armarse de paciencia

Estas medidas pueden no funcionar la primera noche, incluso la primera semana, pero hay que ser perseverantes. Quizá el bebé se despierte por la noche no porque tenga hambre, sino porque tiene costumbre de hacerlo. En ese caso se le puede ofrecer un biberón con agua para que aguante sin comer hasta el amanecer.

Cuando el bebé llora por la noche, no siempre tiene hambre: puede estar mojado o tener frío o calor. No caigas en la tentación de darle siempre de comer. Se irá acostumbrando poco a poco al nuevo ritmo y comprobarás que aunque prescinda de esa toma sigue ganando peso. Además, dormir también le alimenta, porque durante el sueño se segrega la hormona del crecimiento.

Casos especiales

Aunque hayan cumplido cuatro meses, los bebés prematuros, con bajo peso, o los que no entran en las curvas de los percentiles habituales no deben prescindir de esa toma. En este caso sí hay que despertarles por la noche para que coman, para prevenir bajadas de glucosa. Si se despiertan por sí solos, se recomienda darles de comer de inmediato para que no se pongan nerviosos y luego les cueste quedarse dormidos.

Su habitación

Cuando el bebé ya no necesite comer por la noche, y haya cumplido cinco meses, ya podéis trasladarlo a su propia habitación. Podéis colocar un interfono para mayor seguridad, pero a esa edad ya está preparado para este cambio. Dormirá mejor porque aunque sus periodos de sueño son más largos también son más ligeros y cualquier ruido le podría despertar.