Mas de la mitad de las embarazadas padecen de náuseas y en ocasiones vómitos durante el primer trimestre, molestias que también llamamos «náuseas matutinas» porque los síntomas son más acentuados por la mañana. En algunos casos, las náuseas y los vómitos persisten durante todo el embarazo.

Son provocadas por cambios en el funcionamiento del aparato digestivo de la mujer. Estos cambios son producto de la aparición de las hormonas placentarias, especialmente la gonadotrofina coriónica y la progesterona. Estas hormonas hacen que el proceso digestivo sea mucho más lento y por esta razón los alimentos permanecen más tiempo en el estómago.

Esta molestia a veces se agrava con el estrés, los viajes y algunos alimentos ricos en proteínas y grasas. Para reducir los síntomas intenta comer varias veces al día en cantidades pequeñas. Una dieta rica en hidratos de carbono complejos (como pan integral, pastas, plátanos y vegetales de hojas verdes) también puede ayudar a disminuir las náuseas.

Los alimentos no deben estar condimentados, ni tener olores fuertes. Y debes suspender los aliños y disminuir la ingesta de líquidos.

Una ayuda adicional para calmar el trastorno es consumir carbohidratos en cantidades pequeñas y fraccionar la dieta, sin necesidad de comer menos. Lo ideal es comer cada dos horas cada dos horas.

También puedes comer frecuentemente aunque hayas vomitado, porque el estómago vacío aumenta la sensación.

Los alimentos salados como el maní, las habas y las galletas disminuyen la incidencia de vómito.

Por la mañana se recomienda comer más sólidos que líquidos y evitar lo que le produzca irritación.

No te desesperes Todas estas alteraciones digestivas van desapareciendo solas en los primeros dos o tres meses, a medida que los niveles de las hormonas disminuyen por el desarrollo del embarazo.

Esas nauseas tendrán la mejor de las recompensas.