Los ciclos con espermatozoides del eyaculado, la tasa de aborto fue del 75%, en los que se extrajeron directamente se redujeron al 5,88%.

Obtener el semen directamente del testículo y no del eyaculado aumenta las posibilidades de embarazo en aquellos casos en los que el varón presenta fragmentación (roturas o lesiones) en el ADN de sus espermatozoides. Esta es la conclusión de la principal ponencia que el Instituto Marqués, cuyo director científico es el coruñés Juan G. Álvarez, presentó ayer en el congreso de la Sociedad Española de Fertilidad que se celebra en Gijón y que opta al premio a la mejor comunicación oficial.

El trabajo se realizó sobre un grupo inicial de pacientes con fragmentación en el ADN de sus espermatozoides, en el que se obtuvieron 16 embarazos evolutivos. Mientras que en los ciclos con espermatozoides del eyaculado la tasa de aborto fue del 75%, en los que se extrajeron directamente del testículo se redujeron al 5,88%.

En las lesiones del material genético de los espermatozoides, además de factores naturales y externos, los investigadores han determinado en estudios ya aplicados en clínica que también pueden dañarse por oxidación en su camino del testículo al eyaculado. Son lesiones que no se pueden detectar en un seminograma. Según el doctor Álvarez, «el seminograma ya no es determinante para saber si un varón es fértil: indica únicamente que tiene vehículos para transportar sus cromosomas».

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