El médico realiza una incisión por debajo del ombligo. Al quedar expuesto el útero (matriz), se abre mediante otra incisión que permite liberar el líquido amniótico y extraer al bebé junto con la placenta y las membranas. Después, el cirujano sutura el útero y el abdomen.

Recientemente, especialistas del Hospital General de Viena presentaron los exitosos resultados una nueva técnica, menos dolorosa que la tradicional y que, según sus observaciones, permite reducir las pérdidas de sangre de la madre a la mitad. Este nuevo procedimiento requiere una intervención de sólo 20 minutos y ya ha sido llevada a cabo con éxito en Austria con más de 1.000 mujeres en los últimos dos años. En esta nueva práctica, el abdomen es diseccionado mediante elementos de punta roma, en lugar de la tradicional disección con un instrumento afilado. Pese a que sí se emplea un cuchillo de punta para cortar la piel, el resto de tejidos se atraviesa cuidadosamente en el punto que presenta menos resistencia, en estas zonas hay menos vasos sanguíneos lo que evita daños y hemorragias. «Si el corte se hace en el nivel adecuado», explican, «nos encontramos con un buen acceso para llegar al útero».

En España, hospitales como el de La Paz, en Madrid, utilizan desde hace años una técnica mixta similar a la presentada en Austria. La idea, según explica el jefe de partos de este centro, esta basada en los avances de la cirugía mínimamente invasiva, y consigue que cada vez haya que suturar menos tejidos para lograr recuperaciones más rápidas.