La toxoplasmosis se puede prevenir en más de un 60% de las posibilidades, si bien la mujer embarazada o que tenga intenciones de quedarse en estado, ha de seguir unas normas higiénicas:

  • Lavarse las manos con jabón antes y después de toda manipulación de alimentos. Procurar no tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos sucias.
  • Lavar y desinfectar los utensilios y las superficies que se hayan utilizado en la preparación de los alimentos.
  • Limpiar y desinfectar regularmente la nevera.
  • En las comidas fuera de casa, evitar los vegetales crudos.
  • Evitar las carnes crudas o poco cocidas. El toxoplasma muere a 72ºC, por lo que se requiere alcanzar esta temperatura en el interior del alimento.
  • Evitar los embutidos y el jamón serrano que no hayan sido cocinados. Aunque parece que ciertos grados de salazón y desecación del jamón pueden matar el toxoplasma, no se puede, en absoluto, determinar qué piezas de jamón serrano pueden ser consumidas, de modo que se debe evitar su ingesta durante el embarazo.
  • Pelar o lavar las verduras y frutas que se ingieran crudas con lejía apta para alimentos, aclarando bien bajo el chorro de agua.
  • El gato es un foco de contaminación de la toxoplasmosis. No hay que dejar que el gato salga a la calle. Si es posible mientras está embarazada, que otra persona haga la limpieza de la caja del gato y cuide de él.
  • Utilizar guantes para jardinería y para toda manipulación de tierra y lavarse las manos después de la tarea. Es posible que algún gato haya depositado el parásito en el suelo. Una vigilancia adecuada de la higiene y manipulación personal, doméstica y alimentaria durante el embarazo colabora de un modo fundamental en la prevención de la infección por el toxoplasma.