Sí, has leído bien: tener la tripa plana es posible. Aunque depende en mucho de la genética y los hábitos de vida, lo que sí podemos hacer es no incrementar el ‘michelín’ ni resignarnos pensando que es complicado lograrlo.

Hábitos imprescindibles

Una buena higiene de vida consiste en seguir una dieta equilibrada acompañada de ejercicio regular. Para conseguir un vientre plano no se ha de dejar de comer, sino que se ha de comer bien, basta con cambiar algunos hábitos alimentarios.

Una alimentación sana implica la belleza de nuestra piel. Tómate muy en serio los trastornos de la alimentación.

Las verduras crudas, las bebidas gaseosas, las especias fuertes y picantes, las bebidas muy frías o muy calientes, el alcohol y el tabaco deben ser eliminados o simplemente dosificados.

Comer despacio y masticando y poner las piernas en alto después de la comida también ayuda a deshincharlo. Aumentar el número de comidas pero reducir la cantidad ayuda a una mejor digestión.

Alimentos que te ayudan

Lamentamos decirte que no existen unos alimentos específicos para perder tripa, pero sí alimentos que no te incrementan el problema: Cereales integrales, lácteos descremados, frutas, verduras, legumbres y un limitado consumo de pollo y pescado deben constituir las bases de la dieta diaria.

Para rebajar volumen de la tripa es beneficioso comer a menudo, realizando al menos 4-5 comidas diarias con un intervalo no mayor de 3-4 horas para evitar la distensión del estómago. También se debe evitar el estreñimiento tomando frutas apropiadas como naranjas, ciruelas, kiwis, beber abundante agua pero a pequeños intervalos y evitar las bebidas gaseosas y el alcohol.

Asimismo, debes tener en cuenta que lo que sí existe es una lista de alimentos perjudiciales que sólo te harán sentir más hinchada. Las frituras, los chocolates, el alcohol, los postres, los dulces y el exagerado consumo de carne roja. Además, nada de excesos o atracones de comida, y alcohol ya que siempre desembocan en grasa abdominal.

Ejercicios para conseguir tu objetivo

No hace falta darse la paliza en el gimnasio las primeras semanas, lo importante es ser constante. Si lo consigues, con ayuda de ejercicios abdominales lucirás un vientre plano y sexy en menos tiempo del que piensas. Debes tener en cuenta a la hora de hacer abdominales que las piernas deben estar flexionadas, el cuello no se debe tensar y la espalda no debe trabajar.

Para fortalecer la parte superior del abdomen debes mover la parte de arriba hasta el esternón, levantando el tronco y contrayendo la zona. Las piernas deben estar flexionadas y los pies fijados; contrae el abdomen hasta despegar del suelo los omoplatos, manteniendo la cabeza fija.

El abdomen inferior lo debes trabajar tumbándote de espaldas, con la cabeza apoyada y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo. Levanta hacia arriba las piernas semiflexionadas al mismo tiempo que la cabeza, vigilando de no crear tensión en la espalda. Debes empezar con series cortas y aumentarlas gradualmente.

Eso sí, no sólo podrás rebajar volumen y tonificar con abdominales, ya que únicamente con una actividad aeróbica complementaria se logrará quemar la grasa que forma esa zona (que se ubica entre los músculos y la piel) .Con 25 minutos tres veces por semana es suficiente, aunque se puede llegar hasta los 40 minutos. Las actividades ideales son: bicicleta, footing, elíptica, natación o gimnasia aeróbica (como steps o aerobox).

Cremas que trabajan para ti

Además, también cuentas con el apoyo de la cosmética, ya que con la aplicación de calor con una crema específica en el abdomen se consigue un sudor controlado con ionizaciones que permite perder varios centímetros de perímetro. Pero si no haces deporte o ejercicio, los cosméticos no sirven de nada.