Si se utiliza diariamente un maquillaje completo, debe invertirse en productos de buena calidad para no dañar el cutis. Existen diversas opciones ajustadas a cada bolsillo.

Si se usa protector solar o ampollas para las líneas de expresión, es recomendable aplicarlos una hora antes del maquillaje para no afectar la colocación uniforme de bases y polvos.

Al hacer ejercicios o tomar el sol no conviene utilizar estos cosméticos, pues al transpirar pueden sellar los poros y provocar acné. El uso de brillos labiales y máscara de pestañas es la opción para estos casos.

Es preciso desmaquillarte antes de ir a la cama. Las toallitas desmaquillantes facilitan la tarea sin maltratar el rostro, así como otras múltiples opciones disponibles en el mercado. Usar agua y jabón neutro, posteriormente, es obligatorio para eliminar restos.

En pieles jóvenes no hay problema con la aplicación frecuente de bases y polvos. A partir de los 40, cuando hay arrugas finas, se recomienda aplicar corrector en los surcos y una capa delgada de base líquida —que puede diluirse con unas gotas de crema humectante— o polvos traslúcidos en el resto de la cara. Después de los 50, lo aconsejable es aplicar un corrector cremoso seguido de polvo ligero, o colocar base líquida por zonas (nariz, mentón, frente).