A la hora de elegir un perfume, debemos saber que cada perfume es único e incomparable.

El perfume posee el poder de desvelar la personalidad y las emociones de cada uno de nosotros, es el lenguaje con el que podemos transmitir nuestro estado de ánimo, por eso elegir bien una fragancia es algo muy importante.

Un perfume para cada ocasión

Dependiendo de la época del año, podemos elegir un aroma más ligero o más intenso. Para el verano, las mañanas o después de la ducha, opta por una fragancia más ligera. Inclínate por los aromas cítricos y florales, que son los más frescos para esos momentos.

Si no quieres renunciar a tu perfume favorito, pero aun así, te parece muy fuerte, prueba con el eau de toilette de la misma marca, que casi siempre suelen lanzar en el verano.

Para el invierno, si, puedes elegir una fragancia dulce e intensa, esta época se inclina por notas de madera y especiadas, también van genial las orientales y exóticas.

Cuando vayas a elegir un perfume, no lo hagas por lo bonito que sea el frasco, ni porque es el que utiliza tu amiga, un perfume es algo muy personal que cobra vida al fundirse con el olor de tu piel, convirtiéndose en una fragancia única, es por eso que habrás oído muchas veces que no huele igual aunque dos personas lleven el mismo

Tomate tu tiempo y piensa realmente los aromas que te gustan, no te dejes influenciar por las notas de salida, pulveriza una vez en la muñeca y espera, nunca debes frotarlo, altera las notas, tienes que dejar que el perfume tome vida sobre la  piel y poco a poco te vaya trasmitiendo.

Lo que nunca debes hacer, es oler el perfume directamente del frasco, ya que tu nariz percibirá lo primero las notas ácidas y picantes del alcohol.

Prueba un máximo de tres, sino tu sentido olfativo se perturba, acabarás saturada y no conseguirás percibir las diferencias entre ellas.

Aunque puedes probarlo en papeles secantes, como te he dicho antes, es mejor probarlo en la piel, por eso el día que vayas a probar intenta no llevar puesto ningún perfume, para no mezclar los aromas.

Una vez hayas elegido tu perfume, para conservarlo, guárdalo en un lugar que no le de la luz, a temperatura ambiente, evitando los cambios bruscos. Evita que sea en el cuarto de baño, ya que el vapor de la ducha crea un cambio de temperatura y puede alterar el perfume.

Y por último, disfruta del perfume, aplicándolo en las zonas donde late el pulso, estas  irradian calor y ayuda a que el aroma circule mejor.

Las muñecas, detrás de las rodillas, en la zona de los codos y en el cuello, son los puntos clave para aplicar el perfume, pero siempre con cuidado, no se trata de bañarte en él, sino dejar una sutil estela a tu paso.