El cáncer de mama continúa siendo hoy un problema de salud pública de primer orden, ya que se calcula que se diagnosticarán cerca de 20.000 nuevos casos en el año 2008. La buena noticia es que esta enfermedad cada vez alcanza mayores tasas de curación. Actualmente, más del 75% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en España se cura. Esta cifra supone un incremento de la tasa de curaciones de más del 15% respecto a los años 70. Lo que es aun más importante, se considera fundadamente que el incremento de curaciones continuará en los próximos años, lo que nos hace ser optimistas respecto al pronóstico de la enfermedad en el futuro inmediato.

¿Cuáles son las causas reales de este progreso? Se reconoce unánimemente que este avance se ha debido por igual a dos factores: el diagnóstico más precoz (en gran parte debido a las campañas de cribado con mamografías de la población femenina sana) y la aparición de tratamientos médicos más eficaces (quimioterapia, hormonoterapia, agentes biológicos).

Pese a estos avances, queda todavía mucho por hacer para que todos (especialmente las mujeres afectadas por la enfermedad) nos podamos sentir satisfechos. Para continuar avanzando en el control del cáncer de mama se necesita mejorar la implementación de las campañas de cribado con mamografías, logrando que un porcentaje superior de mujeres participe en las mismas. Para ello, es crucial proporcionar una información veraz a las mujeres sanas españolas a través de los medios de comunicación.

Las asociaciones de pacientes, en particular FECMA, están haciendo lo que pueden para ello, pero carecen aún de los medios necesarios para ser realmente eficaces y deberían ser apoyadas con más decisión por la administración. Además, debería ampliarse el rango de edad actual de las campañas de mamografías de cribado, que es demasiado estrecho (50-65 años en la mayoría de las comunidades autónomas). Para ello, obviamente, se necesitan unos recursos que actualmente no están disponibles y que las mujeres españolas deben exigir. Un tumor diagnosticado en una campaña de cribado mamográfico, sin síntomas) tiene unas posibilidades de curarse superiores al 90% y, lo que es igualmente importante, con un tratamiento usualmente poco agresivo.

Los avances en el tratamiento médico, el segundo pilar en el que se sustenta el aumento de la tasa de curaciones, han sido posibles gracias a la investigación clínica en pacientes que padecen la enfermedad. El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) ha contribuido a este avance global con 3 grandes ensayos clínicos adyuvantes (de tratamiento médico preventivo tras la cirugía), en los que participaron más de de más de 3.000 pacientes españolas. Estos tres estudios, junto con una treintena más de estudios internacionales, han demostrado que los nuevos tratamientos médicos reducen significativamente la posibilidad de recaída tras la cirugía del tumor y, por tanto, aumentan las curaciones, aunque aún debemos seguir luchando por alcanzar el objetivo final, la tasa 0 de recaídas.

El papel de la investigación

Lamentablemente, la investigación clínica independiente, que tanto ha contribuido a mejorar los resultados de los tratamientos médicos del cáncer de mama en las últimas décadas, se enfrenta actualmente a graves problemas. La actual legislación sobre investigación clínica exige a los promotores de ensayos clínicos un desembolso enorme de recursos, que sólo la industria farmacéutica puede asumir.

A medida que sabemos más sobre la biología y el tratamiento del cáncer de mama, surgen nuevos interrogantes que sólo podrán ser contestados mediante nuevos estudios clínicos académicos. El objetivo actual del tratamiento del cáncer de mama ha experimentado un relevante giro en los últimos años. Ya no se trata sólo de curar a la paciente, lo que se logra en la gran mayoría de los casos, sino que debemos pensar también muy seriamente en los efectos indeseables del tratamiento, especialmente los irreversibles.

Actualmente resulta poco aceptable que para curar una enfermedad (el cáncer de mama) generemos otras inducidas por el tratamiento o produzcamos graves trastornos en la imagen corporal de la mujer. La amputación de la mama y la limpieza de los ganglios axilares no son necesarios actualmente en la mayoría de los casos, lo que puede evitar el edema crónico del brazo, los gtrastornos dolorosos y funcionales de la articulación del hombro y los cambios en la imagen corporal asociados a estos tratamientos. Algunos tratamientos médicos de probada eficacia pueden generar varios años después problemas cardíacos e incluso inducir leucemias en un porcentaje pequeño pero real de pacientes, por lo que se están buscando (y encontrando) alternativas similarmente eficaces y menos tóxicas.

Equipos multidisciplinares

Los avances en el tratamiento del cáncer de mama no sirven de mucho si no se implementan de una forma eficaz, de tal manera que sean ofrecidos a la mayoría de las pacientes. Para ello, el modelo de asistencia multidisciplinaria a través de Unidades de Cáncer de Mama es la mejor opción. En estas unidades, formadas por un cirujano o ginecólogo, un radiólogo, un patólogo, un oncólogo médico, un oncólogo radioterápico, un cirujano plástico e, idealmente, un psicooncólogo, entre otros especialistas, se analiza el mejor abordaje terapéutico para cada enferma y se establecen unas directrices que luego son discutidas con la misma. Lamentablemente, la creación de este tipo de unidades choca con la rigidez estructural del sistema sanitario público español, por lo que aun no está al alcance de más de la mitad de las enfermas.

Una de las asignaturas pendientes en la lucha contra el cáncer de mama en España es la adecuada información de las mujeres sanas. Una de cada ocho españolas padecerá la enfermedad, hay cerca de un millón y medio de mujeres en España que ha sobrevivido a la enfermedad y no existe una sólo persona que no tenga un familiar o amiga que haya padecido cáncer de mama. Estas cifras justifican y exigen un esfuerzo informativo amplio (similar al que se ha realizado con el SIDA) que permita a las mujeres españolas conocer la situación real de la enfermedad y su tratamiento.

La población sana española necesita ser informada sobre el cáncer de mama. Necesita conocer que es una enfermedad perfectamente curable y que no es imprescindible la mastectomía ni tratamientos muy tóxicos para ello. Tiene que saber también que no debe conformarse con la primera recomendación y tiene derecho a una segunda opinión sobre el tratamiento. Existen muchos hospitales españoles con unidades multidisciplinarias de cáncer de mama que ofrecen las mejores garantías de tratamiento y que deberían idealmente encargarse del tratamiento de todos los casos nuevos de la enfermedad.
Las asociaciones de pacientes, con la ayuda de los medios de comunicación de masas, tienen que jugar un papel primordial en la diseminación de esta información. La celebración del Día Internacional del Cáncer de Mama es una excelente iniciativa en este sentido, pero necesitamos que los medios de comunicación nos ayuden a recordar la enfermedad también en los restantes días del año.